Según Fissac, un proyecto increíble en el que se tratan desde una perspectiva científica temas relacionados con la fisiología, la salud, la actividad física y rendimiento (www.fissac.com), el músculo es un potente predictor de supervivencia en pacientes con cáncer en general. En cánceres como el gastrointestinal y el de páncreas, tener una mayor cantidad de masa muscular se asocia con mayor supervivencia.
Todas hemos oído hablar del mindfulness para reducir el estrés, la fatiga mental o la ansiedad. Pero, ¿qué beneficios concretos tiene para las pacientes de cáncer de mama? El mindfulness es una práctica procedente de la meditación budista tibetana. Su objetivo es ser conscientes de cada sensación física y psicológica que nos remita nuestro cuerpo. Sin embargo, la finalidad del mindfulness no es eliminar el dolor ni los pensamientos o emociones que nos crean malestar, sino dejarlos pasar en nuestra mente sin juzgarlos y prestándoles la atención que necesitan. Algunas investigaciones médicas han mostrado que la práctica del mindfulness ha reducido, en mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, los síntomas relacionados con el estrés o la ansiedad y han mejorado la respuesta inmunitaria. Los...
¿Estás cuidando tu mente? En muchas ocasiones os hemos hablado de los beneficios del deporte para las personas que han padecido un cáncer de mama pero hoy queremos mostrar los beneficios que este tiene también para tu mente.
En Woman'sBack® estamos siempre atentas a cualquier noticia que confirme lo bueno que es el deporte para el cáncer de mama y esta noticia nos ha llamado la atención: en el Reino Unido se empieza a prescribir el ejercicio físico antes incluso de comenzar el tratamiento contra el cáncer.
Cada vez está más reconocido el impacto que tiene la quimioterapia en las capacidades cognitivas de los pacientes de cáncer. Pero, hoy en día, las últimas investigaciones hablan de que la pérdida de memoria asociada a este tratamiento también tiene su origen en muchos otros factores, como la radiación, la terapia hormonal, el estrés, la fatiga relacionada con el cáncer, medicamentos como los esteroides y, potencialmente, la inflamación causada por el propio cáncer.